La robótica industrial es una ciencia interdisciplinaria en la que convergen diferentes especialidades como la mecánica, electrónica, informática, etc., para desarrollar robots capaces de realizar tareas de la manera más eficiente posible. El objetivo de estos robots es aumentar la producción y liberar a los operarios de tareas repetitivas, peligrosas o poco ergonómicas para aumentar la productividad, utilizar eficientemente los recursos y disminuir los errores en los procesos de producción.
Se fabrica una línea de transporte y carga de carros para un cliente del sector cerámico. El objetivo es que los operarios introduzcan los carros vacíos por la puerta de la nave de fabricación de piezas y lleguen cargados a otra nave. Con esta premisa se diseñó una línea de transporte mediante cadenas que funcionase de manera automática. Para la parte de la carga de piezas se optó por el uso de un robot industrial con una herramienta desarrollada específicamente para esta aplicación.
AMC ha desarrollado una aplicación de paletización con un robot colaborativo. Es una estación móvil que, gracias a la facilidad de programación, se puede cambiar de línea de trabajo en pocos minutos, ofreciendo una gran flexibilidad. Incorpora ruedas, lo que la convierte en transportable sin necesidad de carretillas elevadoras o transpaletas manuales. Se puede fabricar en acero inoxidable dependiendo de la ubicación donde deba trabajar. Dependiendo de la cadencia de trabajo, incorpora escáneres para garantizar la seguridad de los operarios.
Los AGV son robots portátiles que trabajan en entornos industriales. Tienen una ruta predefinida en función de la operativa a realizar en cada momento. Se desplazan de forma autónoma por un almacén, centro de distribución o sala de fabricación sin necesidad de un operario que los conduzca. Ayudados por cámaras de visión, escáneres, sistemas de mapeo, etc., los AGV aportan un valor añadido que los convierten en una apuesta completa para la automatización.
Un AMR es, dentro de la familia de los AGV, un dispositivo de transporte totalmente autónomo e inteligente que sirve para automatizar las tareas de transporte en áreas de producción y logística. Se podría decir que es un AGV pero con capacidad de elegir la ruta óptima ante un obstáculo. Se utilizan para tareas más complejas que las asignadas a un AGV.
Se utilizan para el transporte ágil de palets con poca necesidad de elevación. Suelen tener una capacidad de carga entre 1000 kg y 1500 kg y ofrecen la posibilidad de recoger los palets del suelo y elevarlos a una altura determinada. Suelen equipar sistemas de carga rápida de la batería. Están diseñados cumpliendo todas las medidas de seguridad, tanto activas como pasivas. Incorporan sistemas de protección perimetral, como escáneres o radares, y una unidad central que detectará cualquier riesgo que pueda surgir y actuará de forma inmediata.
Comúnmente conocidos como VNA (Very Narrow Aisle). Están pensados para trabajar en almacenes con mucha altura y pasillos estrechos. Suelen estar disponibles con horquillas laterales y/o frontales que facilitan cualquier proceso de almacenamiento y recuperación desde el suelo hasta estanterías situadas a gran altura (8-10 metros). El ancho del pasillo no los limita y pueden llegar a cargar cargas de 5000 kg o 6000 kg. Pueden estar guiados por diferentes sistemas y están accionados por baterías. Las tareas que suelen tener asignadas son las de recoger y depositar mercancías a manipular, sustituyendo las carretillas tradicionales o “transpaletas”.
El empaquetado es un proceso repetitivo que no aporta ningún valor al producto final y puede causar lesiones a los operarios. Con un robot colaborativo se puede automatizar fácilmente este proceso después de haber programado el robot. Se programa y se reprograma en tan solo unos minutos.
La paletización está experimentando una revolución gracias a los "cobots". Con estos tipos de robot cualquier persona puede programar fácilmente para paletizar diferentes mosaicos o elementos. Tienen una aplicación específica de paletización donde cambiando solo ciertos parámetros podemos ajustar la forma de trabajar como queramos. Estas estaciones son fácilmente transportables y pueden trabajar en diferentes puntos de la empresa.
Los cobots son ideales para implementarlos en aplicaciones de carga y descarga de piezas en máquinas CNC. Estas tareas a menudo requieren trabajar en espacios muy pequeños, con presencia de lubricantes y la posibilidad de sufrir heridas por parte de los operarios. Los cobots son rápidos, fiables y consistentes, liberando a los humanos de estos peligros potenciales.
El pulido, corte o lijado han sido tradicionalmente tareas difíciles de automatizar debido a la precisión, adaptabilidad y consistencia requeridas. Gracias a los sensores de presión y a un algoritmo de control de fuerza, los colaborativos están en disposición de afrontar estas aplicaciones con un 100% de garantías de éxito.
El atornillado es una de las aplicaciones más vitales en los procesos de producción en todo el mundo. Los robots colaborativos tienen una serie de ventajas sobre los humanos o los robots industriales para este tipo de tarea. Una de las más importantes es que todos los tornillos quedarán apretados a la misma presión, eliminando un posible error humano. Se pueden reprogramar en cuestión de minutos y esto los convierte en la opción número 1 para muchas empresas.
Los procesos de soldadura conllevan, en muchos casos, accidentes, lesiones y efectos negativos a largo plazo en los humanos. La automatización de estas tareas hace que desaparezcan las consecuencias. Además, los cobots son capaces de realizar soldaduras perfectas y con acabados inmejorables.
Los robots colaborativos ofrecen una amplia gama de opciones sofisticadas de montaje de piezas y pueden trabajar con una gran variedad de materiales, como plástico, madera, metales y muchos otros. Con una repetibilidad de 0.02 mm en muchos casos, pueden confiar en tareas delicadas y precisas, incluso con cargas útiles elevadas. Reducen significativamente la cantidad de mano de obra humana necesaria para estas tareas, además de poder trabajar sin la necesidad de intervención humana en la empresa.
El encolado y la aplicación de siliconas u otros productos semi-sólidos alcanzan nuevos niveles de facilidad, precisión y seguridad. Con repetibilidades cercanas a 0.02 mm o 0.03 mm, son fácilmente programables cuando se trata de aplicaciones adhesivas. Tienen la ventaja de reducir en gran medida la susceptibilidad a errores que suelen ocurrir en operaciones manuales.
Gracias a la utilización de cámaras 2D y 3D de alta resolución, los cobots adquieren el sentido de la vista. Estas herramientas se pueden utilizar para tareas de inspección y control de calidad. Utilizando la Inteligencia Artificial (IA), los cobots son capaces de detectar productos basándose en la identificación del color, forma, distancia y ubicación. Esto los hace ideales para tareas de control de calidad con la ventaja de que no acumulan fatiga visual y pueden trabajar indefinidamente sin una disminución en su rendimiento.
Muchos fabricantes de robots colaborativos tienen en sus gamas robots específicos para desarrollar tareas de laboratorio. Se utilizan principalmente para automatizar el proceso de clasificación de muestras, haciéndolo más eficiente y eliminando la posibilidad de error humano en el proceso.
La “gripper”, también llamada “herramienta”, “mano” o “pinza”, es la encargada de retener un objeto mientras se ejecuta una operación concreta. Va colocada en la parte inferior de un brazo robótico y, por lo tanto, es la extensión final del brazo. Es una de las partes esenciales de todo sistema de automatización, ya que es el "intermediario" entre una máquina y el proceso productivo. Hay diferentes tipos adaptados a la tarea que deben realizar: grippers con pinzas, grippers con dedos flexibles, grippers con sistemas de vacío, grippers para paletización de cajas, etc. Pueden ser accionados de manera neumática, eléctrica, mecánica, etc.
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